domingo, 7 de noviembre de 2010

UN CUENTO PARA MEDITAR



El laberinto de Kratón



En lo más profundo de la gran montaña, en un gran laberinto de túneles creado por los grandes magos, vivía encerrada la peor de las fieras, una bestia horrible a quien todos conocían por el nombre de Kratón. Había sido encerrado allí tras aterrorizar a todos los pueblos, en un laberinto mágico con una única entrada y salida que cambiaba de lugar cada día.


Pero ocurrió que llegó a aquellas tierras un hombre de corazón malvado, perverso hasta el extremo, cuyo único deseo era someter a todos los hombres del reino. Se llamaba Jafa, y tanta prisa sentía por cumplir sus deseos, que al enterarse de la existencia de Kratón, pensó en liberarlo para que le ayudara a completar sus planes, por muy peligroso que fuera el monstruo.


Así, Jafa marchó hacia la gran montaña con todos sus sirvientes. Eran tantos y tan temerosos de su amo, que no tardaron en encontrar la entrada del laberinto. Uno de sus esclavos, gran sabio, ideó la forma de mostrarle la salida cada día, desde fuera, una vez que el hombre estuviera en el interior de la montaña.


- Sólo una cosa más, mi señor- dijo el esclavo tras explicarle el sistema-. Cuando vayáis a salir del laberinto, debéis esperar a que sea de noche. Por nada del mundo salgáis a plena luz del día...


Y sin querer escuchar más, Jafa se introdujo en el laberinto. A gritos, en medio de una gran oscuridad, comenzó a llamar al monstruo, explicándole sus intenciones. Él le sacaría del laberinto si a cambio Kratón permanecía a su servicio, aterrorizando al pueblo, durante al menos diez años.


El monstruo, también a gritos, estuvo de acuerdo con la oferta del malvado, pues sólo quería salir de allí para vengarse. Cuando tras varios días se encontraron en medio de la más negra oscuridad, celebraron su terrible pacto. Y siguiendo el sistema que Jafa había acordado con su esclavo, no tardaron en encontrar la salida. Al acercarse, la brillante luz del sol asomaba a la entrada del laberinto, y Jafa recordó las palabras del esclavo. Lleno de impaciencia, el malvado se sentó a esperar, pero la bestia, viéndose libre, no quiso ni oír hablar de más esperas, y olvidándose del pacto, salió corriendo del laberinto.


Desde dentro, Jafa oyó los terribles gemidos de dolor de Kratón. Sentía un gran miedo, pero también la necesidad de salir a ver lo ocurrido con su bestia. Y aunque seguía recordando las palabras de su esclavo, decidió salir.


Nada más asomar su rostro Jafa, la luz del sol y la de otros mil espejos dispuestos por el sabio esclavo para iluminar aquel punto atravesaron sus ojos. Ojos que, indefensos por la oscuridad en la que habían vivido durante días, se quemaron al instante, dejando ciego de por vida al impaciente Jafa, como poco antes había ocurrido con Kratón. Y así, ambos malvados, ciegos, torpes e impacientes, ni siquiera pudieron ver cómo fracasaban sus planes, quedando para siempre castigados a una vida de oscuridad, junto a las demás criaturas de la noche.


13 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola soy Natalia:
Me ha gustado mucho este relato corto porque enseña a que si te dicen que no hagas algo, por mucha impaciencia que tengas no debes hacerlo. Yo pienso que Java había hecho bien esperando, hasta que se dejo apoderar de la intriga y la impaciencia.

Anónimo dijo...

Hola soy Ana S.
Este relato es muy bueno. Me parece que Jafa era muy impaciente e imprudente porque debería de haber hecho caso a su esclavo. Sobre la bestia pienso que no sabía que se quemarían sus ojos.

Lara dijo...

Hola, soy Lara:
Este relato breve me ha gustado mucho,porque te enseña que no debemos ser impacientes, por la razón de que después hay que pagar las consecuencias.
Yo creo que deberían de haber hecho caso al esclavo de Jafa, pero en cambio desoedecieron por la impaciencia que tuvieron.

Anónimo dijo...

Hola, soy Lourdes y voy a hacer un comentario sobre el relato" un cuento para meditar":
Me ha gustado mucho este cuento porque enseña que tienes que hacer cosas que no te gustan pero debes de hacerlo para evitar que te ocurra lo que le pasó a los protagonistas de este relato. Además hay que aprender que la impaciencia no es buena compañera

Anónimo dijo...

Hola soy Alejandro Girón y voy a hacer un comentario:
El relato me ha gustado mucho ya que nos enseña a no ser impacientes como el monstruo kratón, ya que dicen que la impaciecia mata.

Anónimo dijo...

Hola, soy Alba Canovaca:
Me ha gustado este relato corto, porque enseña a no ser impaciente. Me parece muy bien que se quedaran ciegos, porque los planes que tenían eran... Yo soy un poco curiosa y creo que, a lo mejor, hubiera salido...Pero creo que me lo pensaría.

Anónimo dijo...

Hola, soy Ana O.
Voy a hacer un comentario sobre el relato del “Laberinto de Kratón”: A mí me ha parecido muy interesante, pero este relato lo que nos da a entender es que en la vida no hay que ser impacientes, porque la impaciencia luego nos trae malas pasadas.

Anónimo dijo...

Hola, soy Alberto:
Me ha gustado este cuento porque te enseña a ser paciente, no como los malvados. Aparte, yo creo que se merecieron quedarse ciegos y es verdad que no hay que ser impaciente.

Anónimo dijo...

Hola, soy Carlota:
Me ha gustado este cuento porque te enseña a ser paciente y hacer caso a lo que te dicen los demás. Yo pienso que Jafa hizo bien en esperar, pero debería haberse quedado hasta que fuese de noche y no salir a plena luz del día, como le había dicho su esclavo.

Anónimo dijo...

Hola soy Teresa:
Me ha gustado mucho este relato. Nos explica que la impaciencia no es buena y que no debemos dejarnos llevar por ella. Como dice Don Carlos: "Vísteme despacio que tengo prisa".

Anónimo dijo...

Hola, soy Jesús:
No sé porqué Jafa salió a plena luz del día, cuando aún se lo advirtieron. Esa es una de las equivocaciones a las que nos conduce la impaciencia.
Moraleja: “no te dejes llevar por la impaciencia, o lo pagarás tarde o temprano”.

Anónimo dijo...

Hola soy Alba:
Este cuento me ha parecido muy interesante, ya que te enseña a no ser impaciente. Yo creo que Jafa hizo muy mal en no escuchar a su criado y que Kratón fue muy impaciente.

Silvia dijo...

Hola soy Silvia:
A mí este relato me ha gustado por que es breve y enseña que por mucho que te digan que no debes de hacer algo, y quieras hacerlo, no debes.